Hoy os escribo con el ánimo de comentar una de las películas que mas me ha gustado de este hombre llamado Clint Eastwood. Quizás si le preguntamos a los críticos de cine, no sea la mejor de su carrera pues en su haber tiene títulos que abarcan desde el western -donde empezó a hacerse un nombre- con títulos como «El bueno, el feo y el malo», «Infierno de cobardes», «El jinete pálido» o «Sin perdón«, el policíaco -toda su saga sobre su personaje Harry el sucio-, la comedia espacial «Space Cowboys«, e incluso el romance más trágico y sensible -pero no por ello exento de calidad- como «Los puentes de Madison«.
Sinopsis: Un veterano ladrón llamado Luther Whitney especializado en grandes robos –Eastwood– entra en casa de un multimillonario para robar en su cámara secreta. Una vez allí presenciará el asesinato de la mujer del dueño de la casa a manos del servicio de seguridad del mismo presidente de los EE.UU. –Gene Hackman-.
El caso pasa a ser investigado por un policía -siempre consistente Ed Harris– el cual encontrará en Luther un rival a su medida, estableciéndose entre ellos una rivalidad-admiración mutuas. La película nos lleva a la resolución final del caso en una trama donde abundan las intrigas por el poder y su mantenimiento.
Como he dicho antes, quizás esta película para los críticos de cine no sea de las más grandes que ha hecho este hombre, pero en mi opinión el director-actor-productor, supo combinar elementos de suspense con la acción a la que nos tiene acostumbrados en sus películas.
Eastwood consigue que el espectador se encariñe con este ladrón de guante blanco debido a la situación que vive -un fuera de la ley y la búsqueda de la salvación de su hija y él mismo ante un rival con un PODER ABSOLUTO como titula la cinta-.
La película os enganchará desde el primer momento pues su trama es dinámica y ágil, apoyándose sin duda en un buen guión cuyo responsable –William Goldman– es también autor de los guiones de películas como «Dos hombres y un destino», «Todos los hombres del presidente», «Marathon Man» o «Un puente muy lejano» entre otras y poseedor de varios oscar de la academia.
Como casi siempre con Eastwood colabora en la fotografía el director Jack N. Green cuyo binomio se extiende desde los tiempos de «El sargento de hierro» (1986) hasta la actualidad.
Una película entretenida para pasar un perfecto fin de semana en casa sentado ante el sofá y con una buena cerveza en la mano. Sin más preámbulos os dejo con unas secuencias de esta gran película. Disfrutad!!!.