Tremenda ida de olla que marcó el debut cinematográfico del director Darren Aronofsky. Ya se podían ver todos sus tics característicos, aún sin pulir, como su sistema narrativo alejado de la secuencialidad lineal a la que estamos acostumbrados, y ese aire seudo onírico de irrealidad y agobio que transmiten sus pelis en mayor o menor medida.

Filosofía, números, obsesión y la sencillez de lo complejo. No nay mucho más que decir, simplemente me apetecía comentarla hoy por ser el día que es XD

La vi hace un tiempo y la repasé ayer para escribir esta reseña, y no me gustó nada en ninguna de las dos ocasiones. No pasa de ser una curiosidad para fans de Aronofsky y lo que ha hecho después. Demasiado experimental, demasiado caótica, y muy mal desarrollada.

Mención especial para Clint Mansell, en lo que también fue su debut como compositor de bandas sonoras.

Recomendada para amigos de las conspiraciones, las matématicas y las conspiraciones matemáticas, pero al final 2+2 son 4… ¿o no?