Objetivo terrorista (2012) – fallido intento de sorprender

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TÍTULO Objetivo terrorista
AÑO 2013 NACIONALIDAD USA
DIRECTOR Chandran Rutnam
GUIÓN Chandran Rutnam, Neeraj Pandey
REPARTO Ben Kingsley, Ben Cross, Patrick Rutnam, James Koch
SINOPSIS Un misterioso hombre (Kingsley) ha plantado 5 bombas que están programadas para explotar a menos que cuatro importantes terroristas sean inmediatamente liberados de prisión. Cuando llama con sus demandas al Inspector General del Departamento de Policía de Colombo (Cross), desencadena una ideológica y letal confrontación entre la verdad y el deber.

Objetivo terrorista es una película bastante decepcionante, donde absolutamente todo intenta sustentarse sobre la interpretación de Kinsley, pero ésta brilla por su ausencia.

Continúo un poquito tras el salto, con spoilers.

Aunque el final de la película tenga un giro curioso, la ejecución durante toda la película, o la forma de llegar a él, es horrible. La fotografía es muy extraña, hay imágenes con exceso de brillo o nitidez y el rodaje es confuso, con vídeo acelerado en algunos momentos, que hacen que desees que empiece a sonar la musiquita de Benny Hill para ver si es una broma o algo.

Tanto los niveles técnicos como humanos son muy pobres, así que nos tenemos que dirigir al guionista, para ver si tenemos algo que contar o no, y la realidad es que no.

Sí, el giro al final es interesante cuando los ‘luchadores’ mueren en el avión a manos de su salvador, pero más lejos de ahí no hay nada defendible. Ni siquiera el final final es destacable, es más, como la bomba del tren no explotó, imaginé que explotaría cuando Kinsley se monta en el tren al final para poner el punto final, pero no… Así que tenemos un Kinsley que sale de rositas y una bomba que no explota (al lado de la mujer de uno de los policías).

Nada, con Objetivo terrorista no hay nada más que una idea interesante y un giro un poco molón, pero saliéndonos de estos puntos, nos quedamos con la idea de haber asistido involuntariamente a una sesión de cine de Uwe Boll: una historia que pinta bien, pero rodada como el ojete.

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