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Mystery Men (1999), una sátira superheróica antes de tiempo

Mystery Men - poster

Mystery Men es una crítica a la obsesión por el estrellato y la superficialidad, disfrazada de comedia irreverente de superhéroes. A pesar de su fracaso inicial en taquilla, ha cultivado un seguimiento de culto, siendo reivindicada por quienes disfrutan de lo extraño, lo antiheroico y lo verdaderamente diferente, ganándose un lugar como una sátira mordaz y deliciosa. La primera (y última) película dirigida por Kinka Usher es una inteligente deconstrucción del género partiendo de la premisa de convertir a los superhéroes en un grupo de inadaptados con poderes más bien patéticos. Protagonizan Ben Stiller (Amigos y vecinos, Algo pasa con Mary, The Suburbans), William H. Macy (Boogie Nights, Air Force One, Pleasantville), Hank Azaria (Una jaula de grillos, Grandes esperanzas, Godzilla), Janeane Garofalo (Un loco a domicilio, Copland, Entre ladrones) y Geoffrey Rush (Shine. El resplandor de un genio, Shakespeare enamorado, Elizabeth).

Sinopsis de «Mystery Men»

Entre lo absurdo y lo ingenioso

Lo que distingue a Mystery Men no es solo su premisa hilarante y relativamente original en su momento, sino la forma en que ejecuta su comedia. No busca la parodia burda, sino que se sumerge en la lógica absurda de su propio mundo. Los «poderes» de los personajes son el corazón de muchos de los gags más memorables, explotando la noción de lo que realmente significa ser un héroe. La película desmitifica los lugares comunes de los tebeos de superhéroes, desde los orígenes trágicos hasta los nombres de villanos ridículos y los equipos disfuncionales, pero lo hace con un cariño subyacente que evita que caiga en el cinismo puro.

El reparto principal es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la cinta. La química existente entre el trío central hace que sus desventuras sean aún más entretenidas. El villano principal, Casanova Frankenstein, es una delicia para la vista, encarnando la grandilocuencia y el egocentrismo de los villanos de cómic con una maestría teatral. El resto del elenco añade capas de excentricidad que enriquecen la historia en sí.

Visualmente nos encontramos con un caos colorido que roza lo surrealista, con un diseño de producción que evoca una estética de cómic retrofuturista. Sin embargo, el exceso visual a veces sobrepasa el ritmo narrativo: la película puede sentirse desordenada, y su guion no siempre mantiene el equilibrio entre lo absurdo y lo emocional. La banda sonora, con temas de artistas como Smash Mouth y The Cardigans, también encapsula perfectamente el espíritu lúdico y ligeramente anárquico imperante en toda la trama.

Indudablemente, el mayor logro de la cinta es seguir siendo relevante más de 20 años después de su estreno. En una era dominada por franquicias de superhéroes cada vez más grandilocuentes, repetitivas y (presuntamente) serias, la producción de Kinka Usher sirve como un recordatorio refrescante de que la auto-conciencia y la auto-parodia deberían ser una parte esencial del género.

Trailer de «Mystery Men»

[imdb]tt0132347[/imdb]

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