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«Max Schmeling» (2010) – otro aprobado para Uwe

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TÍTULO ORIGINAL Max Schmeling / Max Schmeling: Fist of the Reich
AÑO 2010
NACIONALIDAD Alemania
DIRECTOR Uwe Boll
GUIÓN Timo Berndt
MÚSICA Jessica de Rooij
FOTOGRAFÍA Mathias Neumann
REPARTO Henry Maske, Susanne Wuest, Heino Ferch, Vladimir Weigl, Detlef Bothe, Christian Kahrmann, Stefan Gebelhoff, Alain Blazevic, Mark Boldin, Luka Satara, Rolf Peter Kahl, Arthur Abraham
SINOPSIS Biopic de Max Schmeling, boxeador alemán y primer campeón europeo del mundo de los pesos pesados.

Cuando en Alemania se enteraron que iban a hacer un biopic de Max Schmeling, no fue ése el nombre que más sonó… Uwe Boll iba a dirigir la película, y los seguidores del boxeador rasgaron sus vestiduras… un «Nooooooooooo!» resonó por toda Europa.

Partamos de la base de que no me gusta el boxeo y que me aburre bastante, pero si es una película de Uwe, hay que verla… Vamos a meternos un poco en materia… tras el salto.

Esta película demuestra que, por mucho ridiculicemos a Uwe, a veces, es capaz de hacer buenas películas, y hasta entretenidas!, sin necesidad abusar de escenas sangrientas o violentas. Aunque ya ha demostrado que tiene buenas películas haciendo uso de estos recursos, como Bailout, Tunner Rats o Rampage… En este caso, podríamos decir que es doblemente buena por la sorpresa -y valentía- a la hora de hacer un cambio de registro. Bravo.

Los grises años 30 están muy bien recreados y las labores de fotografía de Mathias Neumann son mucho más que decentes, cuestión que ayuda a la digeribilidad de la película. La historia nos lleva de Creta a Alemania y a Estados Unidos, para contarnos detalles de la vida de Schmeling, quién era y qué hizo.

Max Schmeling era un boxeador alemán, y para interpretarlo, Uwe decidió utilizar a un boxeador real -Henry Maske-, en lugar de un actor inflado. Esta decisión fue muy criticada, como es habitual entre el vulgo y Uwe Boll.

Ya conocemos la devoción del director por este deporte, así que la decisión tomada no resulta demasiado extraña. Los demás boxeadores de la película, afortunadamente para el realismo de la misma, son todos profesionales del deporte, y no actores. Esto ayuda a que los combates principales de la película, entre Max y Louis, se vean «naturales» y para nada fingidos. Uwe tuvo la certeza de «no dirigirlos», y dejarlos hacer.

No hay post-producción en las escenas de lucha, nada de efectos visuales… todo real para que cualquier aficionado al boxeo «se lo crea». Esto decepcionará un poco a los fans de Rocky y películas del estilo, donde se usa y abusa de la cámara lenta y los efectos visuales y de sonido para aumentar la potencia de las imágenes (aún me duelen los oídos después del combate final en Rocky Balboa… menudos graves!).

Max Schmeling – el de verdad

El reparto está bastante correcto, salvo el actor principal, que fuera del ring se muestra un poco acartonado (no es actor, os recuerdo). Sobre éste, cabe mentar también que está muy bien personificado como el propio Schmeling… por momentos llegué a dudar, al ver la portada del DVD, si el de la foto era el actor o el personaje… Muy buena la labor de maquillaje.

Vamos a conocer un poco del personaje, que es realmente interesante. Todo un Schindler, en verdad, ya que escondió judíos en su casa y salvó a otros de los campos de concentración. Llegó a interceder ante Hitler por los deportistas americanos en los JJOO de Berlín (1936).

En los años 30 ganó cierta fama y reputación por europa al ganar combate tras combate. Su momento de auge llegó en 1936, cuando en el Yankee Stadium venció al «negro» Joe Louis convirtiéndose en el Campeón del mundo de los pesos pesados.

Esta victoria le dio mala fama a Schmeling, porque fue aprovechada como propaganda nazi… «la superioridad de la raza aria», dejándolo como un héroe para el pueblo. Los estadounidenses terminaron por llamarlo «el Perro Nazi».

Dos años después hubo una revancha y Schmeling fue derrotado por Louis en 2 minutos, en el primer round.

Mirando atrás, soy casi feliz de perder aquella pelea. Sólo imagino si hubiera regresado a Alemania con la victoria. No tuve nada que ver con los nazis, pero ellos me habrían dado una medalla. Tras la guerra, pude haber sido considerado un criminal de guerra.

Max Schmeling en 1975

La derrota lo deshonró en alemania, y fue alistado como paracaidista en la IIGMmomento en el que empieza la película, haciendo una retrospectiva a su vida.

En resumen, una otra grata sorpresa de Herr Doktor. Una película más a subrayar en su filmografía.

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