
María Magdalena, dirigida por Garth Davis (Top of the Lake -miniserie-; Lion, propone, ante todo, una revisión feminista de una de las figuras más incomprendidas y tergiversadas de la historia del cristianismo. Lejos de la confusión histórica consolidada por siglos de tradición eclesiástica que reducen el papel de María de Magdala a ser una prostituta arrenpetida, aquí se presenta un retrato íntimo y humanista, centrado en la experiencia de una mujer que busca la verdad espiritual más allá de las convenciones sociales dentro de una narrativa dominada por voces masculinas. Protagonizan Rooney Mara (La carta secreta; Song to Song), Joaquin Phoenix (La noche es nuestra; Her) y Chiwetel Ejiofor (12 años de esclavitud; Marte (The Martian)).
Sinopsis de «María Magdalena»
María es una joven mujer que busca una nueva forma de vida. Restringida por las jerarquías de la época, María desafía a su familia tradicional al unirse a un nuevo movimiento social dirigido por Jesús de Nazareth. Pronto encuentra su lugar dentro del movimiento y en el corazón de un viaje que la conducirá a Jerusalén.
Una mirada contemplativa a la espiritualidad y la redención
El mayor acierto de María Magdalena reside en su propia premisa: darle voz y centralidad a María de Magdala. En lugar de relegarla a un personaje secundario o, peor aún, perpetuar el mito de la prostituta arrepentida, la cinta la presenta como una mujer de fe profunda, independiente para su época, y la más perspicaz de los discípulos de Jesús. Es una de sus discípulas clave, con una sensibilidad espiritual que lo comprende profundamente.
La película explora el conflicto entre lo espiritual y lo institucional, mostrando a María como una figura que desafía el patriarcado religioso. Por otro lado, se enfatiza la empatía de Cristo y la búsqueda de sentido, más que los milagros o la pasión, lo que la aleja de otras producciones bíblicas convencionales.
Rooney Mara ofrece una interpretación sobria y contenida, comunicando la tormenta interior y la iluminación espiritual de María principalmente a través de su mirada. Su interpretación es de una pureza emocional que evita el sentimentalismo, transmitiendo una fe nacida de la duda y la búsqueda interior. Su María es una apóstol, una testigo clave, y una figura que capta la esencia del mensaje de Jesús más allá de las aspiraciones políticas o terrenales de los otros apóstoles.
Joaquin Phoenix como Jesús es igualmente notable. Su interpretación se aleja del Mesías heroico y grandilocuente para mostrar un hombre místico, reservado, cansado y profundamente humano, marcado por la compasión pero también por la fragilidad. Una figura más mística que mesiánica que carga con el peso de su destino. La química entre Mara y Phoenix es de una conexión espiritual y filosófica, no romántica, lo cual refuerza el mensaje de la película.
El desarrollo es notoriamente pausado y contemplativo, con un ritmo lento y una estética visual cuidada. La fotografía transmite una atmósfera espiritual sin recurrir a lo sobrenatural: los paisajes áridos, los tonos ocres y la luz natural componen un mundo austero donde lo divino se encuentra en lo cotidiano.
Sin embargo, a pesar de ofrecer una perspectiva novedosa, la película se queda en la superficie de la historia conocida, simplemente cambiando el foco sin profundizar en la complejidad del personaje o el contexto sociopolítico de una manera realmente radical o arriesgada. Por ejemplo, la crítica de Pedro hacia la aceptación de María es un buen punto de conflicto, pero no se explora al máximo. También, la narrativa de la Pasión se siente resumida y desprovista de la intensidad dramática que se esperaría, priorizando el mensaje sobre la acción.
Trailer de «María Magdalena»
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