La primera triunfó por el efecto coña, por el que Rodolfo Chiquilicuatre ganó su plaza en Eurovisión, pero el chicle no se puede estirar más… Ya no sé, realmente, cómo se llegó a la conclusión que tras el «fake trailer» sería buena idea hacer una primera película, pero bueno… Robert Rodriguez se embriagó con los «tío, será un exitazo» de los fans y se lanzó de cara contra el suelo… Y se pegó un hostión, como ordena la física.
Todos los fake trailers de Deathproof/Planet Terror eran geniales, pero eran geniales por lo que eran… fake tráilers. En este caso ni los atractivos de la película hicieron que tuviera más éxito.