Los renegados del diablo (2005) – huida sangrienta

Los renegados del diablo continúa donde lo dejó La casa de los 1000 cadáveres, que revisamos en este blog hace unos días. La película gira en torno al hermano del oficial George Wydell, quien murió a manos de la familia Firefly, cuando él y su compañero estaban buscando a los jóvenes protagonistas desaparecidos en la primera película.

El apodo «los renegados del diablo» se lo pone la policía tras descubrir las muertes y realizar las investigaciones pertinentes en la anterior cinta. Entre los sucesos actuales y los anteriores han transcurrido apenas unos meses, en los que la familia Firefly ha estado a la fuga.

Los personajes/actores principales se mantienen igual, salvo en el caso de Mamá Firefly, que sustituye a la actriz Karen Black por, otrora mito érótico, Leslie Easterbrook. Personalmente me gusta mucho el cambio, pero es cierto que Karen tiene mucho más historial de terror en su carrera que Leslie, y su presencia en pantalla en la primera película era sobresaliente.

Fotograma de Los renegados del diablo, de 2005

Morir no es una opción. Métaselo bien su materia gris y trate de retenerlo, porque si no, acabará con una etiqueta en el dedo y volverá a casa en una bolsa de plástico. Ha quedado claro?

Casi con esa frase comienza la película, con la redada policial que realizan a los Firefly, ocultos en una casa abandonada. Una ensalada de tiros a continuación aporta un momento de tensión y acción que no vimos en La casa de los 1000 cadáveres. Una escena corta, pero intensa, muy bien gestionada por Rob Zombie. Al final matan a Rufus y detienen a la madre, mientras que Baby y Otis consiguen escapar. Así comienza Los renegados del diablo, acompañado de Midnight Rider, de la Allman Brothers Band.

El presupuesto de la película seguía siendo una miseria, 7 millones, y si ya la primera película consiguió más que duplicar en recaudación internacional su presupuesto inicial, en este caso casi lo triplica. Rob Zombie estaba en auge y esto lo demuestra. No ocurrió lo mismo con la última de la saga, 3 del infierno (de la que aún no hemos escrito la review), que partió con un presupuesto de 3 millones (mucho menos de la mitad de las anteriores) y no llegó a cubrir gastos. En su defensa diremos que se estrenó a finales de 2019, y 2020 ha sido un año muy jodido para todos los sectores, cine incluido.

Fotografía del actor Michael Barryman
El mítico Michael Barryman tiene su papel en la película

En su momento, Rob Zombie tenía una leve idea para una secuela, centrándose en el hermano de uno de los polis asesinados en la primera película, y en cuanto el estudio le propuso hacer la continuación, ya sabía más o menos cómo hacerlo. Tenía claro que la película tenía que ser más terrorífica que la primera, y los personajes menos caricaturizados. Cierto es que los Firefly, en la primera película, eran clichés hiperbólicos del cine de género, y Zombie quiso romper un poco con esa línea editorial.

Así como 1000 cadáveres es más un homenaje a La matanza de Texas, y al género slasher con casa, Los renegados del diablo es más una road movie con tintes de western violento. Muy del estilo que podría hacer Tarantino después de una ronda de chupitos con Robert Rodriguez. Carretera, desierto y una panda de vampiros locos asesinos.

Técnicamente la película es algo más plana que la primera, menos loca en cuanto a cambios de registro. Ojo, «más plana» no es peor, sólo diferente. Como variación aquí tenemos algo de cámara en mano, traída por Phil Parmet, director de documentales, que bien usado queda guay, pero abusado queda como el ojete. En este caso, queda bien y aporta sensación de «directo» en momentos clave. Zombie prescinde del rollo videoclip del que tanto abusó en la primera parte.

La crítica fue algo más benévola con Zombie por esta película que por la anterior, y con razón; Los renegados del diablo es mucho mejor película que la de 2003, más madura, mejor realizada, centrándose más en un género y estilo que hacer un batiburrillo informal como hizo en la anterior. Como primera película estaba bien, pero para una segunda ha querido, y conseguido, asentarse como buen director, que sabe imprimir su estilo en cada plano y fotograma.

Muy recomendable pero, por desgracia para algunos, conviene ver antes la primera.

El tráiler

El final

Aunque ya tenga algunos años, no debería molestar mucho, pero por si acaso, aviso de los spoilers.

Spoiler
La escena final, conduciendo hacia la barrera policial, sin más sonido que Freebird de Lynyrd Skynyrd no creo que se estudie nunca en las escuelas de cine, pero sí es una muestra maravillosa de que las cosas hechas con gusto y cariño, saben mejor que siguiendo una receta al pie de la letra (salvo que la receta te la haya pasado tu abuela, entonces no te salgas del guión).

Rob Zombie tiene mucho cariño a sus personajes, y lo demuestra dándoles un final abierto mostrando una aparente muerte. Aunque estén más llenos de agujeros que un colador del chino, no los hemos visto morir. Hoy nos sabemos conocedores de una tercera entrega, pero en 2005 ni siquiera había planes de hacerla, por lo que el final Bonny and Clyde no era más que una poética forma de rezar por sus personajes y por una posible continuación.

Continuaremos en unos días con 3 del infierno. Stay tuned!

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