Sinopsis

Un encubrimiento, que abarcó a cuatro presidentes de los Estados Unidos, empujó a la primera directora mujer de un diario de ese país, Katharine Graham, de The Washington Post, y a su editor jefe, Ben Bradlee, a participar en una batalla sin precedentes entre periodistas y el gobierno con la publicación de los Papeles de Pentágono.

Este fin de semana, el Cine-teatro Salesianos de Vigo, la mejor sala que tenemos en la ciudad, nos ha ofrecido la oportunidad de disfrutar de lo último de Spielberg.

El Cuarto Poder

Los archivos del Pentágono se ambienta a principios de los setenta, cuando salió a la luz una planificada filtración de documentos clasificados relativos a los entresijos e intereses detrás de la intervención americana en la Guerra de Vietnam (1955-1975). El primer periódico en publicar la noticia fue el The New York Times, pero después de ser acusado por el fiscal general de violar la Ley de Espionaje, el juez ordena que dejen de publicar información clasificada. Los documentos entonces llegan al The Washington Post, que debe tomar la decisión de seguir aireándolos o no, en un momento delicado en el que el periódico acaba de salir a bolsa en un intento de no tener que cerrar.

Para la recreación de este momento histórico, Spielberg nos propone un popurrí de tramas y géneros, sobre los que destaca un cruce entre drama y thriller político. No es un análisis detallado del día a día de la redacción de un periódico, ni tampoco profundiza excesivamente en los entresijos de la investigación periodística más sordida, ni llega a ser un aburrido recorrido por los elementos jurídicos o financieros que afectan a la trama. Sin embargo, sí hay un poco de todo eso sin resultar cansino.

La puesta en escena es excelente y la recreación de la época en detalles y escenarios está cuidada al milímetro. El ritmo es lento, pero no llega a hacerse aburrido gracias a una cuidadosa planificación y a los saltos de una subtrama a otra en los momentos adecuados. El guión en sí es bastante lineal y no tiene mucha capacidad de sorpresa, pero la forma de presentarlo hace que te mantengas expectante pegado a la butaca. Me ha chocado un poco el uso de algunos planos y movimientos de cámara, que se me han hecho muy forzados en determinados momentos.

Tom Hanks está muy bien en su encarnación de Ben Bradlee. No es un actor por el que profese gran devoción, pero de vez en cuando tiene pequeños aciertos. Y Meryl Streep está excelente interpretando a una mujer, saliendo de una complicada situación familiar, y navegando contra corriente en un mundo empresarial, rodeada de hombres que aconsejan, caminan delante de ella y hasta hablan por ella. No obstante, es todo el plantel de secundarios el que apuntala y le da más solidez a toda la película.