Sinopsis de «Lo que hacemos en las sombras»

Viago, Deacon, Vladislav y Petyr comparten piso en Nueva Zelanda. Hacen lo posible por adaptarse a la sociedad moderna: pagan el alquiler, se reparten las tareas domésticas e intentan que les inviten a entrar en los clubs. Una vida normal, salvo por una pequeña diferencia: son vampiros inmortales y tienen que alimentarse de sangre humana.

Entrevista con algunos vampiros

Lo que hacemos en las sombras es una comedia atípica que recibió muy buenos comentarios en su día (incluso por aquí tenemos uno). El director, Taika Waititi, fue responsable de Thor: Ragnarok (2017), que ni es una buena película de Thor ni es una buena película sobre el Ragnarok, pero en cambio sí es una comedia de humor negro aceptable (aunque no creo que sea algo intencional). Me apunté la peli en la lista de pendientes, pero por un motivo u otro nunca «salió de las sombras». Este año se estrenó una adaptación televisiva y volvieron los comentarios positivos tanto a la producción original como a su versión serializada, así que finalmente la he visto y… ¡buf!

Estéticamente me ha recordado mucho a míticas sitcoms británicas tales como «The Young Ones» o «Bottom»… pero sin nada de su chispa. Sí, tiene una visión interesante de diferentes tipos de vampiros existentes en la ficción (y de algunas otras criaturas como zombis, brujas, hombres lobo…); sí, la premisa de vampiros compartiendo piso e intentando llevar una vida «normal» es interesante; y sí, hay situaciones con potencial… pero no me ha llegado a parecer hilarante en ningún momento, ni siquiera he pasado de esbozar una tímida sonrisa con algún gag.

La cinta está rodada como un falso documental cámara en mano, y creo que es una de las que peor usa este sistema (aunque esto puede que sí sea intencional). Hay cambios de plano y movimientos que hacen imposible físicamente que haya dos cámaras grabando; aparte del hecho de que la mayor parte del tiempo los personajes (principales y secundarios) se comportan como si no hubiera dos personas grabando la escena, hasta que de repente se acuerdan o se dan cuenta y se dirigen a la cámara.

Los efectos especiales, por otro lado, están muy logrados (a pesar de sus evidentes limitaciones presupuestarias) y hay un par de momentos de caminar por las paredes bastante majos. Las escenas post-película (durante y después de los créditos) son casi lo mejor de todo. Creo que le daré una oportunidad a la serie.