Sinopsis de «La princesa Mononoke»
Con el fin de curar la herida que le ha causado un jabalí enloquecido, el joven Ashitaka sale en busca del dios Ciervo, pues sólo él puede liberarlo del sortilegio. A lo largo de su periplo descubre cómo los animales del bosque luchan contra hombres que están dispuestos a destruir la Naturaleza.
Los árboles gritan de dolor al morir, pero tú no puedes oírlos
La princesa Mononoke es la décima película producida por el Estudio Ghibli y la quinta de Hayao Miyazaki dentro del mismo. Es una de las historias más «adultas» del director, y no sólo por su tratamiento de la violencia (algo que, por otro lado, es meramente esporádico), sino también por el contraste que supone el hecho de que gran parte del resto de su filmografía esté más orientada a niños (ojo, que no es lo mismo que decir que es más infantil).
Si hace poco decía que Nausicaä del Valle del Viento era el germen de la filmografía de Miyazaki (aunque muchos de sus temas recurrentes obsesivos ya estaban en Conan, el niño del futuro), hoy afirmo que La princesa Mononoke es la obra cumbre de su filmografía. Sí, se echa en falta el tema aéreo, pero todo lo demás está aquí, mejor presentado, con más profundidad y con una calidad técnica apabullante. Y, por supuesto, con una eficiente banda sonora a cargo de Joe Hisaishi.
Tenemos un claro mensaje mensaje ecologista de respeto por la naturaleza, una apuesta por la convivencia en paz de todas las especies, y una reflexión sobre las consecuencias del choque entre progreso y tradición (pasado y futuro). Hay variados personajes relevantes en la trama, perfectamente construidos y que se definen no solo por lo que hacen sino por cómo se relacionan con los demás, ya sea directamente o a través de las decisiones que toman. Decisiones que, por otro lado, no los marcan como buenos o malos en un sentido estricto, sino que están principalmente motivadas por intereses personales o de la comunidad a la que pertenecen.
Con una duración de más de dos horas es sorprendente que consiga atrapar la atención del espectador y absorberlo en su complejo argumento en todo momento.
Eso sí, personalmente la situo un poco por debajo de Nausicaä del Valle del Viento, porque su componente mitológico lastra un poco la fluidez y la comprensión completa de la historia en un primer visionado.