La carretera, película de 2009 basada en la novela homónima de Cormac McCarthy (2006), me ha decepcionado un poco. Esperaba mucho más. Ojo, no quiero decir que sea mala ni nada por el estilo, pero el hype provocado por los medios en su momento hizo que mi listón estuviera demasiado alto.
Continúo tras el salto, son spoilers.
Un padre y un hijo intentan sobrevivir en un mundo post-apocalíptico del que nunca conocemos el origen. Los animales han muerto, la vegetación se ha ido al pedo y los humanos han decidido empezar a comerse unos a otros.
Suena terrorífico, verdad? Pues caníbales no vemos ni uno, ni gore, ni nada salvaje. Sólo mucha oscuridad e insinuaciones de hacer maldades. Lo más gore que vemos es una herida abierta por un flechazo y magulladuras varias, el resto sólo son intentos de aterrorizar por mención, y no por acción. Y lo peor de todo, es que no lo consiguen.
Más que terror, como se me vendió la película en un inicio, deberíamos hablar de drama. El drama de un padre intentando inculcar una serie de valores mínimos a su hijo en un mundo donde todo falta y todo lo que te rodea quiere matarte, o comerte. O ambas.
El reparto está guay y lo hace muy bien. El chaval es muy creíble. El resto del reparto incluye nombres de primera línea como Mortensen a la cabeza o Robert Duvall. Aunque el papel de este último sea bastante corto, lo hace fenomenal y su personaje aporta más cordura y valores al chaval que todas las charlas del padre.
Así que La carretera es un sí pero no. Todo depende de lo que quieras ver. Si buscas terror, pasa, busca otra cosa. Si quieres un thriller-drama post-apocalíptico con caníbales que nunca aparecen, esta es tu película.