Cuando se crea una serie pensada para contar una historia concreta, lo peor que le puede pasar es que tenga éxito. Si «Homeland» se hubiera quedado en una sola temporada, hubiera sido una obra redonda: un thriller de espías bien escrito y bien narrado, con momentos de tensión e intriga bien equilibrados y bien llevados, y con una labor actoral más que correcta.
El sargento de la Marina Nicholas Brody (Damian Lewis) regresa a casa ocho años después de su desaparición en Irak, donde vivió encarcelado y sometido a tortura. Casualmente, poco antes de ser liberado, Carrie Mathison (Claire Danes), una impulsiva e intuitiva agente de la CIA, recibe la información de que un soldado norteamericano se ha cambiado de bando y prepara un atentado en suelo estadounidense. Carrie, evidentemente, sospecha de Brody.
Puede haber SPOILERS a partir de aquí…
La primera temporada es correcta, con giros de guión y sorpresas; presentación y definición de personajes. Con un ritmo pausado pero no lento, que desemboca en un crescendo frenético hacia los últimos capítulos. El final, sin embargo, es algo tramposo; con una resolución que apuntaba en una dirección pero se desvía hacia otro lado para dejar abierta la historia de cara a la segunda tanda.
La segunda temporada está bien llevada: aprovecha las tramas pendientes y las desarrolla; algunas las cierra de forma algo chapucera, pero casi no se nota. Hace avanzar a los personajes de manera coherente y, aún así, no cae en lo previsible. Nuevamente llegamos a un desenlace que parece definitivo, pero en esta ocasión es un giro inesperado lo que nos deja con el cliffhanger que continuará en la tercera temporada.
La tercera temporada ha resultado ser más vacilante, con muchos frentes abiertos, tramas que parecía que no llevaban a ningún lado y una historia que no acababa de despegar. Después resultó que todo (o casi todo) era parte de un plan mayor y, finalmente, nos ha dado lo que bien podría ser el cierre de la serie, cosa que ya sabemos que no va a ser así porque se ha anunciado la cuarta temporada para el año que viene. Habrá que esperar para ver qué orientación le dan y si escapa del tufillo propagandístico que ha impregnado los últimos capítulos.