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«Evil Ed» (1995) – cuando la demencia se hace arte

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TÍTULO ORIGINAL Evil ed
AÑO 1995
NACIONALIDAD Suecia
DIRECTOR Anders Jacobsson
GUIÓN Anders Jacobsson, Göran Lundström, Christer Ohlsson
MÚSICA N/A
FOTOGRAFÍA Anders Jacobsson
REPARTO Johan Rudebeck, Per Löfberg, Olof Rhodin, Camela Leierth, Gert Fylking, Cecilia Ljung, Marie Bergenholtz, Pia Berg, Andreas Beskow, Monia Botngård
SINOPSIS El encargado de montar películas gore de una compañía sufre una crisis nerviosa, y acaba con su propia vida. Para sustituirle, el director de la compañía escoge a Eddie, que hasta ese momento se encargaba de los dramas de autor. Con la muerte del anterior montador las fechas se echan encima, y el anterior estudio quedó destrozado, así que el director de la productora le da las llaves de su casa de campo a Eddie, para que se encargue de realizar allí el trabajo. Pero el cambio de género no le sentará bien al pobre Ed, que comenzará a sufrir terribles alucinaciones, relacionadas con la temática de las nuevas películas de las que está encargado.

Uno de los splatters más divertidos que se han realizado nunca (junto con Premutos, de 1997, dirigida por Olaf Ittenbach, quien también ha trabajado como supervisor de efectos especiales en Bloodrayne, de Uwe Boll).

Es genial, ver cómo a cada paso de negativos, Eddie se va volviendo más y más loco, cómo a medida que pasan los minutos y las horas, su nivel de demencia alcanza cotas insospechadas.

Y cómo no, geniales también las escenas de las películas que monta, de las imaginarias «Loose limbs» («Partes sueltas») a cada cual más bizarra: amputaciones, sexo con castores, mucho humor negro y mucha, muchísima sangre.

Que le den por el ojete al pseudo-gore americano y sus propuestas de postureo como Saw y Hostel. Lo bonito y divertido del gore es cuando «no se toma en serio a sí mismo». Sólo así es posible disfrutar de un género tan enfermizo como éste.

Las películas de Freddy y Jason asustan, y tienen momentos muy gore, pero gustan, precisamente por el sentido del humor negro de uno y las imaginativas formas de matar del otro.

Y es por eso que propuestas como Saw o Hostel no gusten como entretenimiento, pues no lo dan, sólo provocan asco y sustos con las escenas dolorosas. Ojo, su producción es increíble, y ya quisieran muchos realizadores contar con esos medios técnicos, pero les falta algo, les falta cariño, les falta sentido del humor. Y por eso no me gustan. Adoro el género, pero estos 2 ejemplos me parecen un cagarro matutino.

Volviendo a Evil Ed, propone un splatter paródico, homenajeando al cine de terror de los 80 y 90, mezclado con mucha mala baba y mucho humor.  Es una peli que conocí por un colega aficionado al género, en tiempos de instituto, y un par de años después encontré en un mercadillo y tuve que llevármela para casa para verla y disfrutarla de nuevo.

En serio, os recomiendo ver esta película con colegas, porque las risas están aseguradas.

Y aquí el trailer…

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