El título del post resume fielmente lo que pienso de esta película que acabo de ver. El silencio de la ciudad blanca está genial fotografiada: muy natural cuando tiene que serlo, muy corporativa cuando le toca y muy siniestra cuando se ordena. Sin embargo el guión hace muchas aguas y la dirección brilla por su ausencia.
Podéis continuar tras el salto, sin spoilers, que no me gusta hacerlos en una película de misterio.
El silencio de la ciudad blanca es una adaptación de la novela homónima de Eva García Sáenz de Urturi, un thriller policial con tintes de misterio.
Ni los millones de presupuesto ni la cantidad de productoras colaboradoras (Movistar, Atresmedia, incluso Netflix) consiguen salvar este producto. Simplemente no funciona.
Lo que más me fastidia de todo, es lo predecible que resulta la película. En cuanto apareció en pantalla el malo de la película, antes de que supiéramos quién era, mi mujer dijo: ahí está el malo. Acertó? No, no acertó; lo que pasa es que en el cine español «de primer nivel» siempre escogen a (atención, hipérbole) los 4 mismos actores de siempre (fin de la hipérbole), y entre ellos hay pocas opciones para escoger a un malo.
Inciso: con el doblaje del cine extranjero pasan 3/4 de lo mismo, siempre se escoge a las mismas voces, y sin ver la cara de quien habla ya sabes quién es el héroe, quién es el malo y quién es el damiselo de turno. Siempre en VO, carajo!
El silencio de la ciudad blanca tiene los ingredientes de un thriller clásico, pero todo de marcas blancas de dudosa procedencia. Me explico.
- Hay misterio, pero no dan los datos mínimos para que interese al espectador y éste diga: hostia!
- Hay romance, pero tan evidente desde el primer cruce de personajes que lo ves venir a leguas.
- Hay conflicto entre personajes, pero llevado tan por encima que no afecta en absoluto a la trama y te deja pensando: entonces, para qué cojones me dices nada?
- Hay acción, pero sólo en 2 puntos de la película: una carrera absurda y sin pies ni cabeza (tío mazas, policía, que sale a correr todas las madrugadas vs random guy con cuerpo de comer sofá… hagan sus apuestas) y el grand finale, que es más tensión que acción, pero bueno, tiene algo.
Los actores están bien escogidos (casi todos), y son creíbles en sus papeles, hasta que empiezan a hablar y sacan toda la teatralidad que caracteriza al cine y tv españolas. Aquí la culpa es a partes iguales del guionista y del director. Del primero por no hacer unas líneas de diálogo creíbles y preferir llenar todo de adjetivos y datos que confunden al espectador, y del segundo por no saber parar los pies a los actores y darles una bofetada a tiempo.
Sobre el guión, va ratos a saltos, y a ratos a trote cochinero, dejando una serie de vacíos inexplicables por un lado y forzando al espectador a que se imagine que sabe más de lo que sabe… Es decir, desde el principio se nos dan por hechas muchas cosas de las que no tenemos ni idea, y algunas se van revelando durante el transcurso de la película. Sí, a veces en otras películas está bien hecho, pero en esta ocasión no es así. Sería mucho más interesante conocer todo el trauma del prota desde el inicio, o en la primera mitad de la película, que ir con cuentagotas aportando confusión y vacíos al espectador.
En resumen, un sí pero no, un quiero pero no puedo, un por mucha pasta que tenga el presupuesto si no sé hacerlo no sé hacerlo.
Sólo recomiendo la fotografía, muy guay e inmersiva. Lo demás? Paso.