Por norma general no suelo apostar por el producto patrio. Hoy me trago mis palabras, porque El ministerio del tiempo, aunque tenga un nombre ridículo, es una serie muy prometedora.
De verdad, no he encontrado absolutamente nada sobre lo que pueda rajar. Bueno, hay muchas cosas en las que no me importaría asesorar o aportar mi granito de arena, como darle un punto más de ciencia ficción, añadir más comedia, etc.
Continúo tras el salto, con algún spoiler, así que antes de leer, si no has visto el episodio, dale un play y luego al botón de Leer más.
Bueno, dije ahí arriba que no tenía nada malo que decir, pero sí… Resulta increíble, y realmente de ciencia ficción, que tres personas, de una hora para la siguiente, entren a trabajar en un ministerio sin haber pasado unas oposiciones.
Por ejemplo, viajar atravesando puertas es un recurso que se me antoja un poco pobre. Ya no hablo de una TARDIS, pero no sé, algún artefacto con el que se teletransporten… :S
Al margen de todos los cambios que yo pudiera hacer, que muchos son de frikismo y el resto clonados de algún otro sitio, la serie El ministerio del tiempo tiene todos los elementos necesarios para ser una buena serie de aventuras con un toque de comedia divertido, bien sea por el desconocimiento de la historia de los del futuro, o el desconocimiento del presente de los del pasado…
No esperemos ver, en principio, alienígenas, viajes espaciales o temporales al futuro… los viajes son ‘dentro de la historia de España’, y así debe ser, porque como indican en la serie, y es algo que me gustó bastante…
– Se puede viajar al futuro?
– No. El tiempo es el que es.
Una forma fácil y sencilla de resolver las dudas y los problemas de guión que podrían tener.
Tengo que decirlo, cuando Wholian Julián viaja a 1808, tal y como iba vestido, me dije… Molaba que saliera Curro Jiménez. No se hizo esperar mucho, pues él mismo –Rodolfo Sancho– se bautizó como tal. Un bonito, entrañable y simpático homenaje a su padre y a la historia de la televisión española.
Los demás guiños contemporáneos en la serie están muy bien metidos. Desde el nombrado Curro Jiménez hasta el Capitán Alatriste en la librería, pasando por ‘los jebis de la Gran Vía’ que tuvieron su minuto de gloria.
Las influencias con otras series se cogen un poco con pinzas. Ni cabinas azules, ni herramientas raras, armas extrañas… No vas a tener nada de la ciencia ficción a la que estás acostumbrado. Como dije arriba, los viajes en el tiempo aquí se hacen pasando por una puerta de madera y van a puntos concretos de la historia.
La trama aquí no es viajar y ver lo que había, sino resolver cosicas para que la historia sea como está escrita, dado que hay ‘otros elementos’ interesados en modificar el pasado para mejorar el presente. Mejorarlo para ellos, claro.
De ahí que probablemente no veamos como muere Franco a manos de Rodolfo Who & Co., sino todo lo contrario… alguien querrá matarlo y ellos tendrán que defenderlo. Alguien intentará detener el golpe de estado, y ellos harán que suceda…
En muy resumen, una serie de aventurillas con lección de historia, para toda la familia, aunque con alguna fugaz muestra de domingas. Ya está añadida en mi calendario, y me viene genial porque los martes sólo tenía Gotham…
Os animamos a revisar todas las referencias que han visto en Verne: http://verne.elpais.com/verne/2015/02/25/articulo/1424851332_234775.html – unas más evidentes que otras, pero mu bien, mu bien.