TÍTULO ORIGINAL | Hundraåringen som klev ut genom fönstret och försvann | ||
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AÑO | 2013 | NACIONALIDAD | Suecia |
DIRECTOR | Felix Herngren | ||
GUIÓN | Felix Herngren, Hans Ingemansson (Novela: Jonas Jonasson) | ||
REPARTO | Robert Gustafsson, Iwar Wiklander, David Wiber | ||
SINOPSIS | Allan Karlsson, un anciano de cien años, vestido con su mejor traje y unas pantuflas, se escapa de la residencia por una ventana dejando plantados al alcalde y a la prensa local. No está dispuesto a renunciar al placer de vivir y, aunque no sabe dónde ir, se lanza a la aventura. A lo largo de su larga e intensa vida ha tenido experiencias muy singulares: inverosímiles encuentros con personajes como Franco, Stalin o Churchill, amistades comprometedoras como la esposa de Mao. Además, ha desempeñado actividades de alto riesgo como agente de la CIA o como ayudante de Oppenheimer en la fabricación de la bomba atómica. |
Había escuchado hablar bastante de este film de Felix Herngren y a pesar de tener un título llamativo, no le presté demasiada atención. Cuando el Cine Teatro Salesianos la puso en su cartelera no me lo pensé dos veces.
Divertida y por momentos entrañablemente macabra. Así es como describiría la película con pocas palabras. Y tras el salto os contaré por qué.
Con las primeras escenas ya nos damos cuenta de que no estamos ante un producto americano, un punto a su favor ya que de vez en cuando viene bien desconectar de Hollywood y echarle un vistazo a lo que hacen nuestros vecinos europeos (suecos, en este caso).
Una historia que, aunque sencilla, está contada de una manera especial. Su estilo narrativo y alguna canción de la banda sonora me hicieron recordar a Amélie (Jean-Pierre Jeunet) e incluso en las escenas de los moteros puede recordar a Tarantino pero más inocente y bonico. Con toques absurdos y mucha comedia negra que nos sacan varias sonrisas y hasta alguna carcajada a lo largo de las casi 2 horas que dura el film. Casi dos horas en las que a pesar de no llevar un ritmo trepidante, tampoco se hace lenta o pesada.
Allan (Robert Gustafsson) me pareció muy entrañable. Desde muy pequeño se dedica a hacer un montón de fechorías. Fechorías cada vez más serias pero él parece que no se da cuenta de la gravedad del asunto ni se plantea si lo que hace está bien o mal. Simplemente va conociendo gente en su camino y los ayuda sin ningún tipo de maldad o pidiendo algo a cambio, se conforma con unos tragos de bebidas espirituosas. Entre sus aventuras se encuentran haberle salvado la vida a Franco, ayudar a desarrollar el Proyecto Manhattan y un sin fin de historias más, 100 años dan para mucho.
El resto de personajes también están bien definidos y también especiales. Como por ejemplo Benny (David Wiberg), un chico que pasa ya de los 30 años y es casi de todo. Casi psicólogo, casi economista, casi veterinario… Dice que hay que estar bien preparado, nunca se sabe. De Julius (Iwar Wiklander) poco se sabe pero el hecho de que no dude en ayudar a Allan desde el primer momento deja claro que no es una persona corriente, si es que hay algún personaje corriente en esta historia, claro.
Como adaptación no puedo decir si es buena o mala ya que no he leído la novela de Jonas Jonasson pero como película está muy bien, amena y curiosa. Toda una grata sorpresa. Os dejo con el tráiler: