Sinopsis
La nave Demeter despega del planeta Transylvania en la galaxia Carpatia llevando un misterioso cargamento. Una extraña enfermedad infeciosa extermina lentamente a la tripulación haciendo que el transpordador vaya a la deriva durante 50 años hasta que es encontrado por la nave de salvamento del capitán Van Helsing (sigh)…
Oscuridad infinita
Drácula 3000, que lleva el apropiado subtitulo de «Infinite darkness» junto a su título original, tiene toda la pinta de ser el guión de una película porno reciclado para ofrecer un producto comercial para todos los públicos (sigh). Todo lo que pasa en pantalla parece el típico relleno vacío entre dos escenas de folleteo.
Respecto a ese tema, hay dos momentos que destacan especialmente. En el primero, cuando una de las protagonistas es sospechosa de haber sido mordida por Drácula y la atan por si acaso. Ella se ofrece a que le quiten la ropa y le revisen detalladamente el cuerpo en busca de mordiscos. En el segundo, quedándole apenas unas horas de vida a dos de los personajes, la chica confiesa que antes de ser ascendida a robot-espía, había sido un placer-bot y que deberían aprovechar el tiempo que le quedan dándole al asunto sin parar. Y ahí se termina la peli XD
Casper van Dien interpreta, con su habitual solvencia, a un descendiente lejano de van Helsing, el mítico cazavampiros; Erika Eleniak es la tía dura, segunda al mando de la nave, y ni siquiera tiene que enseñar las tetas; Coolio es un negro fumeta que se supone que tiene que servir de alivio cómico, pero no pasa de ser un estereotipo cargante; Langley Kirkwood es un conde Orlock sin carisma ni presencia; y Alexandra Kamp es Mina Murry (sigh), la navegante becaria, que hace que se pierdan en el espacio cada dos por tres (sigh sigh).
En definitiva, una basura por la que no merece la pena perder los poco más de 80 minutos que dura.