Doctor sueño (2019) – una secuela innecesaria, pero que no molesta

Nunca me dejo llevar por las críticas (principalmente malas), ni por los que rajan de una película por lo que recaudan (71 millones de dólares sobre un presupuesto de 59). Si así lo hiciera, no habría visto Doctor Sueño.

Hice bien.

Vale que Doctor Sueño no es una secuela necesaria, ni lo era realmente la novela-secuela de Stephen King, pero una vez vista sin demasiadas pretensiones, la verdad es que no me arrepiento en absoluto.

He de decir que me desteté en las novelas de terror con el Señor Stephen King, por recomendación de mi padre con unos 9 o 10 años, leyendo Los ojos del dragón. No es su terror típico, pero sí me abrió los ojos a un mundo literario nuevo para mí. A partir de ahí me tragué todos sus libros y conocí a otros grandes como Dean Koontz, y sus clones.

Lo mejor de la peli? Ewan McGregor y Kyliegh Curran. Hay quien pone a Rebecca Ferguson por las nubes, pero la verdad, no sé si por ella o por el personaje, pero no me atrae en absoluto. Si bien es cierto, el personaje de Kyliegh se ve demasiado poderoso para ser una cría que no ha sido entrenada en el resplandor, y por contraste, el de Rebecca, que lleva toda la vida siendo una cazadora de vapores, resulta hasta insultantemente débil.

Continúo un poco y después del trailer suelto un par de spoilers.

No se me hizo nada larga, y eso que dura sus buenas 2 horas. Tiene buen ritmo y la fotografía es cojonuda. Sobre esto último, las recreaciones que hacen del Hotel engañarían a cualquiera. Si bien los colores ahora son más vivos, es un trabajo de sobresaliente.

Y la verdad, no tengo mucho más que decir… Quedaos con esto: la recomiendo, pero mírala sin juzgar, sin comparar. Ten en cuenta el enorme chollo que tuvo que hacer Mike Flanagan (director) para hacer una película no que estuviera a la altura, sino que no insultara a la original. Lo consiguió, creo.

SPOILERS

Lo dije un poco por encima ahí arriba, pero necesito explayarme más.

La niña es súper-poderosa, demasiado; y la mala es más débil que una loncha de pan de molde puesta bajo la lluvia. Sabes desde un inicio que la mala se va a comer una hostia como un camión. Ni dopándose con todas sus existencias de vapor consigue estar a la altura.

Los malos, en gereral, son unos mierdas. Caen como moscas. Menos la rubia, que aún con un tiro en el cuello, otro en el pecho y llevando 15 segundos revolviéndose en el suelo consigue decir «mátate» y convencer al amigo de Danny para pegarse un tiro. No cuela.

Shelley Duvall es irreemplazable, y la actriz que escogieron para hacer de su versión joven, la verdad, se parece tanto como el frontal a la trasera de una nevera. El crío de pequeño cuela, porque es una cara menos formada y más camuflable para el público. Henry Thomas (Elliot en ET) aquí hace de camarero del Hotel, pero con la cara de Jack Nicholson. Se nota que hay maquillaje y creo que algo de retoque digital; no está mal.

El final es tranqui. Me jode que McGregor muera, pero era algo previsible (desde poco antes). Me jode, pero no por el personaje, sino por el actor, por el que siento especial predilección.

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