TITULO ORIGINAL | Die Hard |
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AÑO | 1988 |
NACIONALIDAD | |
DIRECTOR | John McTiernan |
GUIÓN | Jeb Stuart, Steven E. de Souza (Novela: Roderick Thorp) |
MÚSICA | Michael Kamen |
FOTOGRAFÍA | Jan De Bont |
REPARTO | Bruce Willis, Bonnie Bedelia, Alan Rickman, Alexander Godunov, Reginald Veljohnson, Paul Gleason, William Atherton, Hart Bochner, Robert Davi, Grand L. Bush |
SINOPSIS | En lo alto de la ciudad de Los Ángeles un grupo armado terrorista se ha apoderado de un edificio tomando a un grupo de personas como rehenes. Sólo un hombre, el policía de Nueva York John McClane (Bruce Willis), ha conseguido escapar del acoso terrorista. McClane está solo y fuera de servicio, pero mantendrá una lucha feroz y agotadora contra los secuestradores. Él es la única esperanza para los rehenes. |
Lo mejor de esta película es… ¡Todo!, en todo momento sabe mantener el equilibrio perfecto entre el espectáculo de acción, tiroteos y mamporros más funcional y esos divertidos tramos donde la visión es más humorística.
Además, se agradece no toparnos con el arquetípico villano que duda antes de hacer las cosas, y qué coño, se agradece todavía más que Alan Rickman le de vida en uno de sus papeles más geniales y descarados, Tampoco hay que olvidar al monumental Reginald Veljohnson (más conocido por su papel de Carl Whinslow en la serie «Cosas de casa») y al jovencillo que hace de chofer de McClane.
Si hubiese que destacar algo, este teclado seguramente terminaría hecho mierda de tanto describir las bestiales intervenciones de McClane, así que solamente diré dos cosas: «Ahora tengo una ametralladora Ho-ho-ho» y «¡Aiba!». Me parece que más visual no puedo ser, porque esos dos diálogos se llevan la cima en dos de los momentos cumbre de este peliculón.
No me puedo olvidar, eso si que no, del pobre McClane que las pasa putas y nos transporta a momentos de tensión y agonía convirtiéndolo en un cúmulo de instantes trepidantes, diálogos chispeantes y personajes enormemente caracterizados.
«La jungla de cristal» es un clásico del cine de acción contemporáneo y asegura entretenimiento de principio a fin. Se trata de una historia, además, concebida para Bruce Willis, Sin duda el actor agradece el favor, llenando la pantalla de su irónico humor y de su facilidad para derrochar escenas llenas de acción, enfrentándose en solitario al peligro que supone una banda de terroristas sin escrúpulos.
Sin duda nos encontramos ante la cinta de acción por excelencia de los años ochenta, que fue un gran éxito desde todos los puntos de vista. Así que ayudemos a McClane en su particular lucha…
«Yippi Ka yey, ¡Hijo de puta!»