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Creep (2004), mojonazo

Creep - poster
TÍTULO ORIGINAL:
Creep
NACIONALIDAD:
Reino Unido
AÑO:
2004
DURACIÓN:
85 min.
DIRECTOR:
Christopher Smith
GUIÓN:
Christopher Smith
MÚSICA:
The Insects
FOTOGRAFÍA:
Danny Cohen
REPARTO:
Franka Potente, Vas Blackwood, Ken Campbell, Jeremy Sheffield, Paul Rattray, Kelly Scott, Sean Harris

Sinopsis de «Creep»

Londres. Una fría noche invernal, Kate va a coger el metro y, mientras espera en un banco del andén, se queda dormida. Cuando se despierta, se da cuenta de que todo el mundo ha desaparecido. Presa del pánico, intenta salir de la estación, pero todas las salidas están cerradas. De pronto, llega un tren completamente vacío, y ella sube.

Hay spoilers, pero nada de lo que diga podrá conseguir arruinar esta peli aún más.

What the hell am I doing here?

Creep es una canción de 1992 del grupo inglés Radiohead; ha sido versionada en varias ocasiones y tiene cierto éxito en esos programas televisivos de talentos basados en destrozar canciones compuestas por otras gentes. Creep también es el título de una película de 2014, que cuenta con una secuela en 2017, y una tercera parte a ser estrenada próximamente. ¿Y qué pasa con la cinta de 2004 a la que debería estar dedicada esta entrada? Pues que es un bodrio intragable y no tengo muchas ganas de dedicarle ni un par de palabras 😅

Llena de tópicos, situaciones irracionales llevadas hasta el extremo de la credibilidad, pocas explicaciones para algunas cosas y demasiadas para otras que no lo necesitan, y un adversario que es una especie de Gollum deforme, trastornado (sí, es redundante), sobrehumano y superlisto (cuando conviene al guión).

Intenta jugar con el miedo a la oscuridad, la claustrofobia y la desorientación pero lo único que consigue es una serie de carreras primero por las estaciones del metro londinense y después por las alcantarillas. Es aquí, en las alcantarillas donde transcurre toda la acción y donde está el origen de toda la situación (una clínica abortista clandestina subterránea a la que solo le falta un par de esvásticas en las paredes para completar el cuadro), con lo que se consigue una interesante metáfora olfativa con la fetidez que desprende todo el metraje.

El final pretende ser una irónica moraleja social sobre las vueltas que da la vida, pero no pasa de ser otro cagarro más, por torpe y por chorras.

El director, Christopher Smith, que debuta aquí, es también responsable de la muy interesante Triangle (2009) y tiene un par de títulos en su filmografía posterior que llaman la atención. No está todo perdido.

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