Cien años de perdón no aporta absolutamente nada al género de atracos a bancos. Pero, aunque no aporte nada de nada, resulta una película muy entretenida.
Durante la primera mitad de la película tenemos un atraco estándar a un banco, perpetrado por una banda de argentinos y un gallego. Todo el mundo al suelo, blablabla… pero con muy buen rollo por parte de los atracadores, hasta el punto en que les deja llamar por teléfono a sus familias para decirles que están bien y tal…
Pero llega la mitad de la película, y se desvela el motivo del atraco… No iban a por la pasta, sino a recoger una caja de seguridad que contenía un disco duro con información sensible de un alto mandatario del gobierno. Un rollo muy Bárcenas y muy del estilo de la corruptela del Partido Popular, es decir, algo que todos en este país conocemos muy bien.
Y cuando se desvelan estos motivos, comienza la película, las riñas entre atracadores, los problemas con los negociadores, etc…
No quiero decir más, salvo que Cien años de perdón merece la pena, mucho. No sólo por la historia, que mola bastante, ni por el humor argentino, que vuelve a romper el risómetro, sino también por la fotografía, la dirección y todo en general. Daniel Calparsoro se lo ha currado.
No es una película sobresaliente, pero sí es una buena película que merece que la veas, no te vas a aburrir.