O también conocida por «The living daylights» que es una expresión típica de los países de habla inglesa que es regularmente usada cuando alguien está en una situación de miedo o de peligro. Debido a que no existe una traducción precisa para dicha expresión, en los países de habla no inglesa se optó por utilizar nombres de características necrofílicas. En Hispanoamérica la película se denominó «007: Su Nombre Es Peligro» y en España se llamó «007: Alta Tensión», mientras que en otros países del mundo se nombro como «007: En La Piel De Un Cadáver» (Alemania) y «007: Zona De Peligro» (Italia).
Hasta la contratación de Dalton para interpretar a James Bond, el firme candidato para hacerlo fue el malogrado actor Antony Hamilton, quien fue despedido en el último momento debido a su homosexualidad (ahí, ahí, que se note la tolerancia en el mundillo). El productor argumentó que no veía a un actor rubio interpretando al agente secreto «James Blond» (y aquí me permitiréis que estalle de risa).
Pierce Brosnan fue considerado para el papel de Bond, pero no lo pudo aceptar por su contrato en la serie Remington Steele. Afortunadamente para mí, él se convertiría en el sucesor de Dalton años más tarde. Tras la jubilada Lois Maxwell como Moneypenny la sucedió en su papel Caroline Bliss la cual, Según declaraciones de los productores, ella duraría tanto tiempo en el papel como Dalton estuviera en el de James Bond.
La película está basada en una historia corta «Octopussy & The Living Daylights» y es la última película basada en un libro de Ian Fleming. Al menos hasta la llegada ( o remake según lo puristas que queramos ser) de Casino Royale (2006). Si fuese poco, el guión es uno de los mejores adaptados- en ausencia de Fleming, claro- a la historia, que en sí no era mala.
Alta Tensión posee un argumento muy dinámico, bien enlazado, tan sólo estropeado por alguna acción demasiado exagerada. Pero romperé una lanza a su favor y es… prácticamente todas las películas de Moore pecaban de falta de argumento, desestructura lineal en la historia, escenas de acción exageradas y torpes con dobles que «cantan a leguas». Así que se le concede el permiso, por mi parte al menos de ser un poco floja, además, las películas de 007 deben ser un poco «fantasmas» sin rozar la ciencia-ficción. Esta cinta no está exenta de espectaculares y númerosas escenas de acción con una bella fotografía y un guión más que correcto. El reparto también ha sido mejor escogido, tanto en sus segundarios, como el villano o la chica Bond, que ya se aleja de su condición de «Barbie» de sus predecesoras.
Ésto la hacía parecer, a priori, un buen arranque para Timothy Dalton, gran seguidor declarado de la saga literaria, y por supuesto conocedor profundo del personaje. Ni la versión de Conery ni la interpretación de Moore eran genuinamente Bond, pero Dalton tenía la presencia, la actitud y no deseaba imprimir su huella personal en el personaje, básicamente porque le gustaba tal y como era. Tenía muchas posibilidades, hay que decirlo, al menos tenía muchas más que anteriores películas o anteriores actores. Dalton poseía, además, un compromiso aférrimo al personaje, sólo quepa recordar que, a pesar de todos estos datos que os doy, se había negado a interpretarlo por considerarse joven… Digno, muy digno.
Sin embargo…, en muchos momentos Dalton parece fuera de lugar, acartonado, excesivamente seco. Ciertamente es fiel al Bond de las novelas, pero considero que en su empeño en reproducir a un James Bond fiel a como Fleming lo concebía desde el punto de vista literario supuso un reto muy grande para él y… bueno, hay que pensar que Bond no sólo es un personaje literario, ya llevaba quince películas entre el público y… quizás hubiese sido recomendable una transición tras las películas de Moore. El público estaba un poco habituado a las películas y a los chascarrillos inoportunos del antiguo Bond, y quizás debió proponerse hacerlo más relajado… pero Igualmente alabo su esfuerzo.
Después de la etapa de Roger Moore en la que primaba sobre todo el humor, lo que llevó a sus películas a parecerse más a una parodia que a una película de James Bond, se retorna a una etapa mucho más seria y la verdad es que se agradece. Con esta película se vuelve al thriller de acción más serio, La principal novedad es la trama romántica de trasfondo. Bond no va de flor en flor, como de costumbre, sino que vive una auténtica historia de amor con una violinista, algo insólito en la saga. Vemos un Bond algo más rebelde, ver al personaje diciendo que «al diablo las órdenes» o cosas similares es algo que faltaba, dado en la novela Bond tiene un sentido del deber, obligación por la misión y carácter mucho más rebelde que el representado por Moore o Connery. El Bond – Dalton, contrariamente a sus predecesores, no es nada misógino, construyó un personaje mucho más humano y vulnerable. Es metículoso, agradable e inteligente. También podemos ver por primera vez a un Bond que se ensucia y se despeinaba en pantalla, pues los anteriores salían de cualquier situación, por muy peliaguda que fuera, totalmente ilesos e impecables.
Fuentes: Archivo 007, Wikipedia, Filmaffinity y SensaCine