Gracias a la grandiosa labor de los traductores de títulos peliculeros, hay que empezar aclarando que este Cazador de Demonios (Don’t Kill It) de Dolph Lundgren, no tiene nada que ver con el Cazador de Demonios (Gallowwalkers) de Wesley Snipes 😁
Un demonio ancestral es liberado accidentalmente en el pequeño pueblo de Chickory Creek, Mississippi, dejando un rastro de destrucción y muerte a su paso. La única esperanza de supervivencia es Jebediah Woodley, un viejo cazador que ya atrapó a la criatura cuando era un jovenzuelo y que ahora debe colaborar con la incrédula agente del FBI Evelyn Pierce.
Este Cazador de Demonios que nos ocupa ahora es una mezcla entre un episodio descartado de Sobrenatural con toques de Fallen (una de las pocas pelis tolerables de Denzel Washington).
Jebediah Woodley, el protagonista, empezó cazando con su padre y ahora sigue por su cuenta. La criatura que persigue, responsable de la muerte de su padre, posee al ser humano que haya matado a su último cuerpo, lo que hace muy complicado acabar con ella. Jebediah, un tipo duro, macarra y sobrado, cuenta con la oposición inicial de las autoridades del pueblo, pero enseguida se convencen de la veracidad de sus palabras.
La película en sí es bastante simple y lineal, incluyendo la sorprendente revelación sobre la verdadera identidad de uno de los protagonistas, un detalle que apenas lleva a ningún lado y que tampoco sirve para mucho. De todas formas, las actuaciones del demonio son un despiporre de miembros mutilados, cabezas reventadas y desparrame de tripas. Eso sí, todo ello con unos efectos especiales bastante simplones en general, pero con la habilidad justa para disimular dicha cutrez en la mayor parte de las ocasiones.
Trailer de Cazador de Demonios
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