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Black Hollow Cage (2017) – que no se entere Vigalondo

Cartel de Black Hollow Cage, de 2017.

Black Hollow Cage es un monumento al tedio y al mal-hacer. No sólo es lenta y aburrida, sino que los personajes no enganchan lo más mínimo, y a medida que avanza la película te das cuenta que simplemente estás viendo una versión cutre de Los Cronocrímenes (siento el spoiler, pero así te ahorras ver la peli), del genial Nacho Vigalondo.

«Sabes que te odio»

Bajo una falsa premisa de ciencia ficción nos presentan a la protagonista de la película, una cría con una mano biónica que aún no domina. Para continuar el embuste meten en escena un «cubo» negro, grande, que aparece en medio del bosque y, que le da la cría unas «notas de futuros eventos».

A la casa llegan otro par de críos, accidentados y se empieza a liar el tema, hasta el momento en que las notas del futuro empiezan a advertir a la cría sobre esta nueva parejita que acaba de entrar en acción.

Con todo esto, y mi spoiler del primer párrafo, podéis escribir el resto de la película sin verla, porque seguramente acabéis muy cerca de la realidad.

Personalmente me he sentido muy engañado con la película, y aunque me guste el tono y estética de todo, la historia me ha parecido demasiado predecible y poco efectiva, por lo que no puedo recomendarla en absoluto.

Black Hollow Cage es una película española de ciencia ficción escrita y dirigida por Sadrac González-Perellón, aunque deberíamos añadir a Nacho Vigalondo, al menos, como inspirador de la historia. Y aunque tenga firma española, casi todo el reparto es foráneo.

En fin, que no la veáis.

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