El pobre se quedó sin brazos por un accidente eléctrico y por no tener dinero suficiente para ir a un hospital de Bagdad a 350 km de su pueblo; una historia lamentable, sin embargo el chaval ha encontrado la felicidad sentado en un kart.
En el mismo mini-reportaje, la reportera nos cuenta que Hiresh ya había alcanzado algo de reconocimiento por haber interpretado un personaje en la película del aclamado director Bahman Ghobadi, Las tortugas también vuelan, de 2004.
El muchacho dijo que durante el rodaje hubo momentos en los que lo pasó realmente mal: en una de las escenas donde tenía que llorar, el director le decía que su hermana recién nacida estaba enferma y así la lágrima era más creíble.
Vale que los niños no eran actores profesionales y que no tengan los recursos interpretativos necesarios para conseguir una lágrima fácil, pero considero preferible un buen bofetón, pactado y consentido, que un maltrato psicológico de tal índole.
Habrá quien me llame exagerado, habrá quien diga que era un requerimiento del guión… Una mierda!!! Estos chavales no son actores, son niños que han tenido, y tienen unas vidas de mierda por vivir donde viven y este directorucho se ha aprovechado de sus situaciones para su propio provecho; luego vienen los premios, grandes críticas y lo grande que es Bahman Ghobadi… Pues para mí es menos que mierda.
Salud!