
Atrapado por su pasado (simpática traducción de Carlito’s way) no es otra película de gánsteres sin más, es un estudio de personajes profundo y melancólico, una reflexión sobre la redención y la imposibilidad de escapar completamente del pasado. Está dirigida con la maestría esperable de Brian De Palma (Los intocables de Eliot Ness, La hoguera de las vanidades, En nombre de Caín) sobre un guion de David Koepp (Malas influencias, Operación Soldados de juguete, La muerte os sienta tan bien) que adapta las novelas de Edwin Torres, Carlito’s way y After hours. Protagonizan Al Pacino (Dick Tracy, Esencia de mujer, Glengarry Glen Ross), Penelope Ann Miller (Despertares, El año del cometa, Chaplin), Sean Penn (Nunca fuimos ángeles, Corazones de hierro, El clan de los irlandeses), John Leguizamo (La jungla 2: Alerta roja, A propósito de Henry, Susurros en la oscuridad) y Viggo Mortensen (Intrépidos forajidos, Extraño vínculo de sangre, Ruby Cairo).
Sinopsis de «Atrapado por su pasado»
Carlito Brigante, un capo de la droga puertorriqueño que acaba de salir de prisión tras cinco años, está decidido a cambiar su vida. Sueña con ahorrar suficiente dinero para retirarse a las Bahamas con su novia Gail, una bailarina con la que busca una vida sencilla y honesta. Sin embargo, el pasado de Carlito y un entorno criminal que no perdona, conspiran para hacerlo caer de nuevo en la espiral de violencia y traición de la que tanto anhela escapar.
Tragedia y fatalismo
En Atrapado por su pasado, Brian De Palma demuestra una vez más su virtuosismo visual y su dominio del suspense. La película está repleta de planos secuencia elegantes, movimientos de cámara fluidos y una atmósfera opresiva llena de intrigas y traiciones que presagia el destino inevitable de Carlito. De Palma construye un thriller melancólico y estilizado que captura con elegancia el pulso trágico del destino.
Al Pacino ofrece una de sus interpretaciones más matizadas y conmovedoras. Carlito es un hombre cansado, marcado por la violencia, pero que aún alberga una esperanza frágil de redención. Su lucha interna entre el deseo de una vida mejor y la fuerza gravitatoria de su pasado es el corazón de la película. La química entre Pacino y Penelope Ann Miller es palpable, añadiendo una capa de vulnerabilidad y ternura a la dura realidad del mundo que los rodea.
Sean Penn, en un papel secundario pero crucial, ofrece una interpretación memorable como un abogado cocainómano y oportunista que representa la tentación y la corrupción. Su ambición desmedida y su falta de moralidad son un contrapunto perfecto para el intento de Carlito de reformarse, y su presencia es una constante amenaza para los sueños del protagonista.
La icónica secuencia final en la Grand Central Terminal es un ejercicio ejemplar de tensión y suspense, filmada con una maestría técnica que deja sin aliento. Un clásico moderno que perdura en la memoria mucho después de que los créditos finales desaparezcan.