Sinopsis de Aniquilación

Dentro del Área X no se aplican las leyes de la naturaleza que rigen en el resto del planeta Tierra. Varias expediciones se han adentrado en la región intentando descubrir sus orígenes y sus secretos pero ninguna a regresado… hasta ahora.

Evolución, pesimismo y autodestrucción

Vi el trailer de Aniquilación hace unos meses y lo único que entonces me llamó la atención era que salía Natalie Portman. Después del estreno leí varias reacciones negativas de gente que esperaba una peli de acción con militares contra alienígenas; precisamente a mí me ha encantado que la cosa no haya ido por ahí en absoluto.

La película de Alex Garland no tiene naves espaciales, ni disparos o explosiones, ni invasores antropomórficos, con todo lo que eso conlleva de cara a los gustos o intereses específicos de cada uno. Estamos ante ciencia-ficción profunda, de esa que se acerca a los eternos temas del género: el origen de la existencia, la identidad propia, el miedo a lo desconocido, las reacciones ante los cambios… sin embargo, no presenta esos temas de forma farragosa y catedrática, sino que hace pequeñas concesiones a la intriga, la aventura e, incluso, al terror, para hacer avanzar la narración de forma amena y dinámica. Aunque más que terror deberíamos hablar de inquietud, mal rollo o incomodidad, como la que transmite esa «primera» mañana después de entrar en la Área X, la visión de la «gente-planta» o lo que pasa en la piscina…

El guión está presentado de forma milimétrica, cuidado hasta en los más pequeños detalles. Detalles que pueden pasar desapercibidos en un primer visionado, pero que cobran especial valor y significado en posteriores revisiones, una vez que vas conociendo las claves de lo que van a contarnos. Como, por ejemplo, ese contacto entre dos manos a través de un vaso lleno de agua que distorsiona lo que hay detrás, entre otros muchos. O ese giro en la trama, tan sutil que casi pasa desapercibido, hasta que te das cuenta de que ha cambiado radicalmente las motivaciones de la protagonista y casi, casi, todo lo que te habían contado antes.

Una reseña confusa y delirante, que no cuenta nada pero lo dice todo, como corresponde a la película. O quizás no.