Hace algunos días, en una reunión de colegas \^^/ hablamos, entre otras cosas, de «El despertar de la Fuerza» (2015), lo que me permitió comprobar su versatiblidad y su insustancialidad, pues si en una ocasión anterior, con un grupo de gente distinta, estuve defendiendo sus puntos positivos, en esta ocasión puse a relucir sus aspectos más negativos (siempre llevando la contraria, por supuesto). En la charla salió a colación el tema de la nostalgia, la memoria selectiva y la mitificación excesiva (o la condena injusta) con respecto a la saga, así que decidí hacer un breve repaso a la hexalogía (+1) y lo que realmente (siempre desde mi muy modesto punto de vista, claro) ha supuesto cada una de sus entregas.
Como siempre, después del salto, más…
«Star Wars» (1977)
La opinión más generalizada la considera como una historia original, con un montón de conceptos novedosos, llena de personajes carismáticos y con una banda sonora impactante. Es todo mentira. No deja de ser una buena película de fantasía y aventuras, pero no es más que una iteración del cuento del campesino que rescata a la princesa y mata al dragón, con muchos añadidos de otras cosas. Todo muy bien mezclado y muy bien presentado, no lo pongo en duda. Es decir, un buen cocinero no hace más que mezclar ingredientes ya conocidos de una forma que nadie había intentando antes.
No voy a hablar del viaje del héroe, que está muy sobado, pero «Star Wars» es como un módulo estándar de un juego de rol. La partida lleva la trama de A a B a C; los jugadores han creado a sus personajes y se han esforzado en darles un transfondo interesante, original y diferente, pero al director de juego sólo le importa que tienen que unirse y cumplir la misión, sus condiciones personales son lo de menos y no afectan el transcurrir del relato.
Con el truquillo de introducir al espectador en medio de la acción, gracias al ahora mítico recurso de la introducción con la conocida cortinilla de texto que se pierde en el infinito, el ritmo apenas decae, desde el comienzo. La película tiene un principio y un fin, aunque queda algún cabo suelto aprovechable para una futura secuela, funciona perfectamente como entidad independiente.
Las aportaciones básicas y trascendentes de «Star Wars» fueron sacar la ciencia ficción (aunque llamarlo «ciencia ficción» puede ser objeto de otro debate más complejo, pero no es el momento) de la serie B y llevarla a la liga de los grandes presupuestos, y crear el concepto de merchandising masivo, convirtiendo las películas en anuncios de dos horas de juguetes y camisetas.
«El Imperio Contraataca» (1980)
Ésta es la buena de verdad. Todas las bondades que se atribuyen por ósmosis a la anterior, están aquí. Todo lo que en «Star Wars» era un mero esbozo sin desarrollar, se explota aquí. Los personajes son carismáticos y quedan perfectamente caracterizados con apenas unos breves diálogos maravillosos («I love you» «I know»); su transfondo es importante para la historia e influye en el transcurso de la misma. Hay sorpresas, revelaciones, giros e introducción de conceptos novedosos. Todo lo que ha trascendido sobre «Star Wars», todo lo que está en el imaginario colectivo, en la cultura popular, sale de esta película. La mejor de todas sin lugar a dudas. Todo lo que pueda decir no le hará justicia y no servirá más que para empañar su grandeza. Así que no diré más XD
El final es un pequeño cliffhanger que nos emplaza a que veamos el final de la trilogía. De todas formas, la película funciona perfectamente por sí sola.
«El Retorno del Jedi» (1983)
En esencia es una repetición de las partes buenas de las otras dos añadiendo ositos de peluche. Poco más que añadir. Supone un buen punto final para todas las subtramas, pero resulta algo decepcionante y pelín infantil, sobre todo si la comparamos con la anterior.
«La Amenaza Fantasma» (1999)
Injustamente vilipendiada por la opinión general, básicamente por dos aspectos mínimos: un bicho que tiene un tiempo de pantalla ínfimo, y una explicación sobre la Fuerza que tiene sentido dentro del contexto en el que se mueve la narración. La película funciona (casi) perfectamente como inicio de la saga, a pesar de introducir pequeñas incoherencias con la continuidad establecida por la trilogía previa, y de tener un tono muy infantil (aunque no llega al nivel de «El retorno del Jedi»). Resulta innecesario presentar a Anakin como niño y hacer que sea entonces cuando conoce a Obi Wan y a Padme, por ejemplo. Hubiera sido mejor idea que Anakin fuese un poco mayor, o que conociese a ambos más adelante, por ejemplo.
Con un esquema argumental sospechosamente parecido al de «Star Wars» (1977), tenemos momentos sumamente épicos como la primera aparición de Qui-Gon y Obi Wan, la carrera de vainas o la coreografía de la pelea final. Se introducen diversos elementos que, si hubieran sido desarrollados de la forma adecuada, nos hubieran dado una trilogía-precuela aceptable. La banda sonora es sencillamente exquisita.
La peli, a pesar de estar claramente pensada como prólogo, es perfectamente disfrutable por sí misma.
«Las Guerras Clon» (2003-2005)
Curioso experimento que dividió la siguiente película de la saga en 25 miniepisodios de entre 3 y 12 minutos (con un tiempo total de poco más de 2 horas) emitidos entre 2003 y 2005 en Cartoon Networks. Nos presenta el inicio de las Guerras Clon entre la República y la Confederación de Sistemas Independientes, con diversas batallas en varios frentes, y varios intentos del Conde Dooku de atraer a Anakin al reverso tenebroso. La serie nos presenta una versión interesante de Anakin Skywalker, y demuestra que el personaje puede actuar y comportarse sin recordar continuamente que, en algún momento del futuro, va a ser maaaalo.
El final conecta directamente con el inicio de la siguiente película.
Aquí tenemos el primer intento oficial de diversificar la franquicia. Existe un corto previo de unos 40 minutos donde Obi Wan investiga el movimiento separatista que surge en la República y descubriendo la creación del ejército de clones. En 2008 empezó la emisión de otra serie también llamada «Las Guerras Clon» ambientada en la misma época.
«La Venganza de los Sith» (2005)
Entrega extremadamente bipolar.
Por una parte, aunque continúa directamente de «Las Guerras Clon» y es parte de la saga, si se consigue hacer el esfuerzo de obviar todo lo previo y lo posterior, la peli es relativamente disfrutable. Mucha acción, peleas de sables y explosiones.
Por otro lado, como elemento final de la trilogía, es un desastre. Hay un intento en las tres películas de elaborar un trasfondo complejo y un hilo común lleno de referencias y ramificaciones, pero está muy mal planteado y desarrollado. Y se nota en especial en este «Episodio III»: los acontecimientos se precipitan sin más y las cosas ocurren «porque es lo que tiene que pasar y punto».
Hay escenas y diálogos literalmente calcados de «El Imperio Contraataca» en un torpe intento de generar paralelismos y establecer una repetición de esquemas. Muy decepcionante. Los momentos cumbre, la revelación de Palpatine y la caída de Anakin en el lado oscuro, son vergonzosos. El combate en final entre Obi Wan y Anakin es sumamente chapucero.
«El Despertar de la Fuerza» (2015)
Ya la comenté en su momento.
La principal idea de este tocho repaso, es hacer patente lo que, para mí, es su principal defecto, esto es, la falta de entidad propia como película, algo que no pasaba en ninguna de las otras seis. Es más, al contrario que «La Venganza de los Sith», que es más disfrutable cuanto más pueda uno ignorar el resto de la saga, el «Episodio VII» será más o menos disfrutable dependiendo de lo que se nos cuente en las siguientes entregas. Las esperadas y previsibles sorpresas en éstas se fundamentan en la falta de información relativa a personajes y situaciones. Básicamente, casi todo lo que nos han contado son posibles mentiras, medias verdades, o está sujeto a interpretación.
Las normas del juego a la hora de narrar y de construir franquicias ha cambiado, y la información se completa en medios ajenos al cinematográfico (libros, tebeos, spinoffs y derivaciones paralelas). No es que sea algo malo o bueno per se. Simplemente es diferente.