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Hellraiser III: Infierno en la Tierra (1992) – probablemente la mejor de todas

hellraiser 3

TÍTULO ORIGINAL Hellraiser III: Hell on Earth
AÑO 1992 NACIONALIDAD USA
DIRECTOR Anthony Hickox
GUIÓN Peter Atkins, Tony Randel (Historia: Clive Barker)
REPARTO Kevin Bernhardt, Lawrence Mortorff, Terry Farrell, Ken Carpenter, Paula Marshall, Doug Bradley
SINOPSIS El propietario de un club nocturno adquiere una extraña escultura que contiene una caja que parece un puzzle. Cuando consigue resolver el puzzle, le atacan unos seres sobrenaturales, los cenobitas.

Hellraiser III cuenta con varias curiosidades con las que partir. Es la primera en ser producida fuera del Reino Unido. Es la primera en no estar escrita por Clive Barker (aunque éste producía la cinta). Doug Bradley -Pinhead- se encarga del maquillaje. Y por último, es la que considero mejor de todas; desde luego es la más divertida, aunque esto le haga perder un poco la seriedad gore que había ganado.

Una última curiosidad, Tony Randel, guionista de esta película, fue el director de Hellbound: Hellraiser II.

Partiendo de aquí, continúo tras el salto.

Más que una secuela, Hellraiser III es un reboot de la saga. No sólo por no estar escrita por Barker (aunque se base en sus personajes, mundos e historias) sino por ser una nueva producción -más cuidada-, y por haber tenido que esperar 5 años para salir a la luz. Además, la historia no continúa directamente donde quedó la anterior. Bueno, más que un reboot es una historia más dentro del universo Barker.

Tenemos a JP que adquiere una escultura donde asoma la Caja de Lemarchand y la cabeza de Pinhead, aunque sin clavos, entre otras rarezas… Luego nos enteraremos que es el dueño de una súperdiscoteca, The Boiler Room (La Caldera).

Asímismo tenemos a una reportera en horas bajas rodando un reportaje en un hospital, pero pronto nos arrean un bofetón y tenemos a un grupo de paramédicos entrando por la puerta de urgencias con un chaval en una camilla… Algo raro y extraño pasa, el chico arrastra cadenas con ganchos ensangrentados, y en plena sala de operaciones…

La reportera se queda a cuadros y con las bragas por el suelo, pero se pone a investigar hasta que sin venir demasiado a cuento, la novia del chaval termina yendo a vivir a su casa, y juntas como los Pinypon se ponen a investigar juntas. Uis, me olvidaba… la novia del cadenas le entrega a la reportera… adivina (y no nos preguntemos de dónde la sacó)… LA CAJA DE LEMARCHAND!

Mientras, JP está en la discoteca peleando con una rata que le muerde una mano, con tan tan tan mala suerte que un chorretón de sangre empapa la escultura y, aunque se cambie de escena, ya sabemos lo que pasará.

La investigación de las chicas las lleva hasta la galería de arte, de ahí a un psiquiátrico y de ahí a un nombre: Kirsty. Y será este uno de los pocos nexos de continuidad con las 2 anteriores.

Llegamos a un punto donde parece que estamos viendo 2 películas, de Hellraiser ambas, pero diferentes. Por un lado tenemos a JP en su nueva faceta de alimentador de esculturas; y por el otro lado tenemos a la reportera ‘que en un viaje astral – sueño – alucinación – se pone en contacto con el humano posteriormente conocido como Pinhead y se entera de cómo vencerlo‘. Sí, es rarito, pero es así.

Pasan una serie de cosas que no quiero destripar si has llegado hasta aquí sin haber visto la película, pero tengo que mentar la que considero mejor escena de toda la saga Hellraiser: Pinhead sale de la escultura y se va a la discoteca.

Sí, amigos, Pinhead se va de farra.

Llegados a este punto, y con todo lo que ha pasado, apenas hemos llegado a los 60 minutos de cinta. Al contrario que las otras, esta es mucho más dinámica y más desarrollada, pero peca en la irregularidad. Irregularidad respecto a la narrativa, que aunque cuenta cosas guays, no las cuenta bien y crea un ligera confusión en el espectador que sólo se termina de aclarar con un segundo visionado.

La imagen está mucho más cuidada que en Hellbound, hay muchos exteriores no como en las anteriores, lo que le da amplitud (aunque la mayoría de la acción sea en interior) y la presencia de Pinhead casi constante hace que la película gane bastantes puntos. No sólo limitan sus apariciones al principio y final de la película, aquí Pinhead es un protagonista principal. Un antagonista principal, si existe el término.

Los puntos de comedia que tiene, y no son pocos (dejando a un lado las risotadas que echamos con el cadenismo cenobita y sangría de verano), hace que deje el punto gore serio y crudo que tenían las 2 anteriores, pero hace que gane en aguantabilidad y probablemente la convierte en una película para más público, pero no todos.

Dentro de estos puntos de comedia podemos encajar a los nuevos cenobitas, como el coctelero gasolinero, el cámara de la tele (el primer cenobita con bigote!), o la chati con traqueotomía pitillesca, pero sobre todo al DJ… es genial ver con qué facilidad se puede atravesar un cráneo con un CD… xD

Los sueños humanos, son un terreno tan fértil para plantar las semillas del tormento… Estás tan madura Joey… es hora de la cosecha!

Al final, sin demasiados cuentos ni explicaciones, Pinhead es encerrado de nuevo en la caja y se enfrenta a su parte humana. Quién ganará?

A cabezazos, quien pierda, muere.

El final final lo dejo a vuestro visionado, yo sólo añadiré que me gustó, y mucho. Y la música de inicio de los créditos, imposible haberla escogido mejor.

Gracias a este vídeo ya sabemos quién ganaría en una partida de póquer entre Lemmy y Pinhead. Lemmy. Siempre.

 

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