TÍTULO ORIGINAL | Hellraiser | ||
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AÑO | 1987 | NACIONALIDAD | Reino Unido |
DIRECTOR | Clive Barker | ||
GUIÓN | Clive Barker (Novela: Clive Barker) | ||
REPARTO | Andrew Robinson, Clare Higgins, Ashley Laurence, Sean Chapman, Oliver Smith, Robert Hines, Anthony Allen, Leon Davis, Michael Cassidy, Frank Baker, Kenneth Nelson, Doug Bradley, Nicholas Vince, Simon Bamford, Grace Kirby, Oliver Parker | ||
SINOPSIS | Frank Cotton, un hombre joven, violento y ambicioso de experiencias personales adquiere una caja china procedente de un bazar oriental y dotada de poderes. Según antiguas leyendas, es una especie de puerta a seres de otra dimensión. Al abrirla, Cotton convoca a estas criaturas procedentes de un infierno fantástico, pero éstas sólo le infringirán tormentos hasta acabar con él. Veinte años después, dos nuevos inquilinos se instalan en la vieja casa de Frank: su hermano y su esposa. La aparición del espíritu de Frank es el principio de una vorágine de horror en estado puro que enloquecerá a sus familiares. Una gota de sangre, vertida casualmente por su hermano sobre el suelo del desván, es el desencadenante de la tragedia. Frank, para poder retomar su antigua forma, necesitará sangre de seres humanos que le proporcionará, secretamente, la mujer de su hermano. |
- 1974: La matanza de Texas
- 1978: La noche de Halloween
- 1980: Viernes 13
- 1984: Pesadilla en Elm Street
Todas estas películas tienen muchos nexos… Un psycho killer, mucho terror y mucha sangre, y 2 de ellas mucho de comedia. Y aún con 10 años de diferencia, todas pioneras en el género. Sin embargo, aún tuvimos que esperar 3 años más desde la última para darnos de bruces con uno de los mejores exponentes del cine de terror y una de las primeras películas gore, con todas las letras: Hellraiser.
Sin más chistes ni gracietas de los que uno quiera ver, con más sangre de la que uno quiere ver y con más escenas de ‘no quiero mirar’ de las que uno puede recordar.
Little boxes on the hillside,
Little boxes made of ticky tacky,
Little boxes on the hillside,
Little boxes all the same.
La cajita con la que empieza Hellraiser no tiene nada de inocente como la cancioncita de aquí arriba, que unos conocerán y otros no. Esta cajita, es uno de los personajes principales de la película y de la colección de secuelas que tuvo (incluyendo el futuro remake).
La llamada Caja de Lemarchand, o en su nombre más poético ‘La configuración del lamento‘, es una llave a otra dimensión, una especie de infierno alienígena donde viven los cenobitas. Estos seres nunca se nos llega a decir si son demonios o alienígenas, o un grupo de góticos de resaca dominguera. En otras palabras, no sabemos si la puerta que abre la caja es a otra dimensión dentro de nuestro propio mundo o si es una puerta a otras galaxias… :S
(No será hasta Hellraiser IV: Bloodline de 1996 que descubriremos más cosillas de la caja).
Al principio vemos como alguien, llamémosle Frank, compra la caja en lo que parece una taberna marroquí, pero se le nota decidido a comprarla, aunque nunca se nos revela si era un capricho o si ya sabía algo de ella. Al poco ya está jugueteando con ella rodeado de velas, pero la cosa no termina todo lo romántica que pudiera parecer, pues cadenas y anzuelos salen de todas las esquinas, se le clavan en la carne y lo despedazan.
En un breve lapso, los cenobitas (aunque aún no tienen nombre) le dan la bienvenida a Frank y le dicen que se lo van a pasar pipa todos juntos.
En fin, continúa la película sin el mencionado Frank, y vemos que a la casa llega una pareja, Larry y Julia. Se van a mudar ahí. Nos enteramos que Frank era el hermano de él, y amante de ella… Y a los pocos se nos presenta otro personaje que tomará el relevo en los protagonistas principales: Kirsty, la hija de la pareja, que viene un poco revuelta porque hay un vagabundo que la acosa.
En el movimiento de muebles, Larry se hace una heridita en la mano que sangra más que una matanza de gorrinos y algunos chorros caen en el suelo, provocando que Frank vuelva del infierno donde estaba ‘retenido’.
Julia descubre los despojos vivientes de Frank en la habitación donde estaba y tras un nonono decide ayudarlo… Cómo? Fácil, sólo ha de llevarle gente para matarla, chuparle la vida e ir recomponiéndose él a los pocos.
Así va transcurriendo la película, con el esperado: Kirsty se entera, intenta detenerlos, Larry muere, Kirsty escapa con la caja, etc… Y no es hasta casi el final (pasados 64 minutos de cinta) que aparecen Pinhead & Co para saludar.
Kirsty ha abierto la caja porque piensa que puede negociar con los cenobitas su salvación, diciéndoles dónde se encuentra Frank, que al parecer se ha escapado de su prisión.
-La caja, la has abierto y hemos venido.
-¡Es una caja de juguete!
-No, es un medio para traernos.
-¿Quiénes sois?
-Exploradores de las regiones del más allá de los sentidos. Demonios para unos, ángeles para otros.
-Ha sido un error, yo no quería abrirla. Ha sido un error. Podéis iros. ¡Fuera!
-No podemos, solos no. Tú abriste la caja, nosotros vinimos. Y ahora debes acompañarnos y saborear nuestros placeres.
Esta pequeña charla entre Kirsty y Pinhead revela poco, lo que ya sabíamos o deducíamos, pero sin arrojar mucha luz sobre las tinieblas de quiénes son y de dónde vienen… Es más, nos añade una nueva incógnita… ¿Por qué a unos van a buscarlos y a otros los despedazan a cadenazos sin hacer acto de presencia? y ¿Cómo hizo Frank para escapar de ellos? y más, ¿Cómo consiguió escapar con la caja?
En fin, dejando a un lado las incógnitas, la película prosigue… Pinhead acepta ir tras Frank, así que Kirsty abre la caja en la casa, para que vayan a por él… Y llega uno de los mejores momentos del maquillaje y efectos visuales de los 80, que se resumen en esta imagen.
Cuando destrozan, otra vez, a Frank, Pinhead decide ir a por la chica, porque ‘había abierto la caja’, pero ella es más rápida y la cierra, así que a tomar por culo. Empiezan a salir rayos de colores, se incendia la casa y se quedan vivos ella y el novio que pasaba por allí.
Muy lista ella, tira la caja a uno de los montoncitos de incendio que hay fuera, pero ¡Oh, campos de soledad, mustios collados! entra en escena el vagabundo acosador, coje la caja, se incendia entre medias, se convierte en un esqueleto demonio dragón y se larga volando. La caja vuelve al mismo bar marroquí donde empezó la película, y se repite la escena… alguien la quiere comprar. FIN. TAL CUAL. 60 SEGUNDOS DE EPÍLOGO.
El final, vencidos los cenobitas se hace demasiado apresurado. No sé si tenían pocos minutos o qué, pero después de 1h de tostón (por lenta) y tan sólo 20 minutos de acción gore guay, el final tan rápido sin explicar nada del background del vagabundo se me hace eso, rápido. ¿Quién es? ¿Sigue a todos los compradores de la caja? ¿Es un enviado del vendedor? ¿Por qué se convierte en un esqueleto demonio dragón?
Esta película deja muchas incógnitas sobre sí misma, pero no importa… es una película de culto, ha creado escuela, y secuelas (muchas, quizá demasiadas). Sobre la novela, Stephen King llegó a decir que ‘era lo más terrorífico que había leído nunca’. Yo no he llegado a leer nada de Barker, todavía, aunque lo tengo en la carpeta de pendientes del Kindle desde hace más tiempo del que puedo recordar… algún día caerán.
Insisto: una película necesaria para todo amante del terror y del gore o splatter, aunque aquí la proporción sea +- por lo tedioso del nudo y lo rápido del desenlace. Las labores de maquillaje brillan por su eficacia y estoy más que seguro que en los 80 hicieron que los fans de Freddy, Jason y compañía se cagaran los calzoncillos; fijo.
Os dejo el tráiler, por rellenar…